Os propongo una visita guiada por el centro de Valencia para descubrir joyas del modernismo valenciano: la Estación del Norte, el Mercado Central, el Edificio Ferrer, etc.
Muchas veces en los nuestros viajes descubrimos ruinas de la antigüedad, medievales, etc. En otras ocasiones, esos vestigios están muy cerca, casi en casa, como es el caso del periodo histórico que comprende entre finales del siglo XIX y principio del XX y que se conoce como el Modernismo.
Durante esos años Valencia vivió un gran proceso de transformación, del que han quedado en pie numerosos edificios que os enamorarán. Hacia 1865 se derribaron las antiguas murallas cristianas y surgieron grandes avenidas salpicadas de edificios en los que el modernismo convivirá con arquitecturas de otras épocas. Será el momento de esplendor de la Exposición Regional de 1909.
El modernismo valenciano se caracteriza por decoraciones ligadas a la naturaleza, flores, vegetación y animales, así como imágenes de actitudes románticas de mujeres, la utilización del mosaico Nolla y de la baldosa hidráulica con motivos vegetales y geométricos.
Nuestra Ruta Modernista empieza por un edificio emblemático de este periodo, el Mercado Central. Una construcción en la que se combina el metal, el vidrio y las columnas, como si de una catedral del comercio se tratara. En el centro del edificio se aprecia una gran cúpula coronada por una veleta. Este espectacular mercado cuenta con centenares de puestos en los que se vende todo tipo de alimentos como pescado, mariscos, frutas, especias, carnes y embutidos entre otros. Un espacio lleno de vida que os encantará.
La calle de la Paz (y sus numerosos nombres) una arteria muy señorial de la ciudad que alberga edificios de las dos tendencias del modernismo más relevantes… ¿Sabes cuáles son? Te lo cuento mientras admiramos las maravillosas fachadas.
Seguiremos por la Plaza del Ayuntamiento hasta llegar a la mítica Estación del Norte, otro de los edificios más conocidos del modernismo valenciano. Su fachada cuenta con motivos vegetales inspirados en la agricultura valenciana y otras referencias a la ciudad. Y, en el interior, la ornamentación se realizó con cerámicas vidriadas, trencadís y mosaicos.
Casa de las Cruces, o de los Dragones (ya veréis porqué la llamamos así) el Edificio Ferrer… y acabaremos en el Mercado de Colón, declarado Monumento Nacional.
¿Qué os parece mi propuesta? ¿Callejeamos?